domingo, 26 de julio de 2009

Poema

Si puedes mantener la cabeza sobre los hombros
cuando otros la pierden y te cargan su culpa,
Si confías en ti mismo aún cuando todos de ti dudan,
pero aún así tomas en cuenta sus dudas;
Si puedes esperar sin que te canse la espera,
o soportar calumnias sin pagar con la misma moneda,
o ser odiado sin dar cabida al odio,
y ni ensalzas tu juicio ni ostentas tu bondad:
Si puedes soñar y no hacer de tus sueños tu guía;
Si puedes pensar sin hacer de tus pensamientos tu meta;
Si Triunfo y Derrota se cruzan en tu camino
y tratas de igual manera a ambos impostores,
Si puedes tolerar que los bribones,
tergiversen la verdad que has expresado
y que sea trampa de necios en boca de malvados,
o ver en ruinas la obra de tu vida,
y agacharte a forjarla con útiles mellados:

Si puedes hacer un montón con todas tus victorias
Si puedes arrojarlas al capricho del azar,
y perder, y remontarte de nuevo a tus comienzos
sin que salga de tus labios una queja;
Si logras que tus nervios y el corazón sean tu fiel compañero
y resistir aunque tus fuerzas se vean menguadas
con la única ayuda de la voluntad que dice: “¡Adelante!”

Si ante la multitud das a la virtud abrigo,
Si aún marchando con reyes guardas tu sencillez,
Si no pueden herirte ni amigos ni enemigos,
Si todos te reclaman y ninguno te precisa;
Si puedes rellenar un implacable minuto
con sesenta segundos de combate bravío,
tuya es la Tierra y sus codiciados frutos,
Y, lo que es más..
¡serás un Hombre, hijo mío!

Rudyard Kipling



Otras de sus célebres frases:

La más tonta de las mujeres puede manejar a un hombre inteligente, pero es necesario que una mujer sea muy hábil para manejar a un imbécil.

La intuición de una mujer es más precisa que la certeza de un hombre.

Seis honrados servidores me enseñaron cuanto sé; sus nombres son cómo, cuándo, dónde, qué, quién y por qué.

No hay mayor placer que el de encontrar un viejo amigo, salvo el de hacer uno nuevo.

Si encomiendas a un hombre más de lo que puede hacer, lo hará. Si solamente le encomiendas lo que puede hacer, no hará nada.

La victoria y el fracaso son dos impostores, y hay que recibirlos con idéntica serenidad y con saludable punto de desdén.

Siempre me he inclinado a pensar bien de todo el mundo; evita muchos problemas.

Se aprende más por lo que la gente habla entre sí o por lo que se sobrentiende, que planteándose preguntas.

Toma problemas prestados, si te lo dicta tu naturaleza, pero no los prestes a tus vecinos.

Los peores embusteros son los propios temores.